El verano es una época en la que se incrementan las actividades al aire libre. Las horas de sol y el buen clima despiertan las ganas de salir de casa para practicar deporte y disfrutar de la naturaleza. No es de extrañar entonces que la playa o la montaña se hayan convertido en los destinos preferidos para desconectar y hacer ejercicio.
Realizar senderismo por el bosque o nadar en la piscina claro que es beneficioso para la salud. Sin embargo, un aumento repentino en la actividad sin la correcta preparación puede dar lugar a torceduras o dolencias propias de las caídas.
Este tipo de lesiones pueden prevenirse gracias al asesoramiento fisioterapéutico. Es por eso que desde EnMovimiento, clínica de fisioterapia y recuperación funcional, te traemos unos prácticos consejos para evitar inoportunas molestias y disfrutar del verano al 100%. ¡Sigue leyendo porque pueden ahorrarte algún que otro disgusto estas vacaciones!
Rutina de calentamiento y estiramientos
Uno de los errores más comunes es saltarse el calentamiento previo y el estiramiento posterior al ejercicio físico. No obstante, es muy importante que preparemos nuestro cuerpo antes de realizar la actividad para evitar que los músculos se lastimen y suframos alguna lesión. Esta práctica es especialmente recomendable cuando no nos ejercitamos con regularidad. Dedicar tan solo unos minutos será suficiente para entrenar sin contratiempos.
Hidratación durante el ejercicio
Parece obvio, pero es fundamental y no siempre se lleva a cabo. Como consecuencia de las altas temperaturas, si no nos hidratamos correctamente durante la realización del ejercicio nos cansaremos más y, por consiguiente, correremos el riesgo de sufrir lesiones e, incluso, mareos. Es esencial beber abundante líquido antes, durante y después del entrenamiento.
Calzado adecuado
Tanto si vamos a realizar ejercicio en la playa como en la montaña, es necesario prestar atención al terreno. Llevar el calzado adecuado para cada actividad y ser prudentes durante el recorrido son las mejores maneras para prevenir caídas desafortunadas. Además, unos zapatos que sujeten bien el tobillo y unos calcetines específicos para el ejercicio evitarán la sobrecarga de gemelos, el dolor en la planta de los pies y también las temidas y molestas ampollas.
Otros consejos que también debemos tener en cuenta es no practicar la actividad en las horas centrales del día ni en lugares demasiado expuestos al sol y las altas temperaturas. Asimismo, es recomendable que el ejercicio sea de bajo impacto, se realicen descansos con frecuencia y se utilice ropa transpirable. Recuerda siempre que ante el mínimo signo de deshidratación, calambre o mareo, es fundamental parar, descansar y recuperarse.
Después de leer estos tips, ¿te animas a practicar tu deporte favorito sin riesgo de sufrir lesiones inoportunas? Estamos seguros de que has tomado nota y no será necesario que visites una clínica fisioterapéutica.