Hoy, esta entrada al blog es más bien un artículo de opinión. Controvertido pero necesario, a mi parecer. Y ya que me voy a meter en un charco, me lanzo ya.
«No hay límites». «Querer es poder». «Los límites los pones tú». Hay muchas más, pero el significado es siempre el mismo. ¿Qué pensáis sobre estas frases? Sé que nacen con un objetivo motivador, que intentan premiar el esfuerzo y la constancia, pero son peligrosas y provocan mucho daño en la esfera física y también en la emocional. ¿Y por qué digo esto? Porque no son ciertas ni reales. Porque claro que tenemos límites y porque no siempre que se quiere se puede. Porque los superhéroes solo existen en los cuentos, y oye, menudo alivio, porque ser humano es mucho más divertido y más incierto. Es importante decirlo. Creo que es importante que sanitarios que estamos en contacto con pacientes en vías de recuperación de una lesión podamos trasladarlo. Y es igualmente importante que entrenadores que están día a día con personas persiguiendo objetivos deportivos o haciendo readaptaciones lo tengan claro.
Otro aspecto es la dedicación, el esfuerzo y las horas que le dediquemos a un objetivo de salud o deportivo. Si contamos con estos ingredientes indudablemente tendremos muchas más probabilidades de llegar a nuestra meta. ¿Y ésa cuál es? Nuestro 100%. Ese concepto es el que explico siempre a mis pacientes, en camilla y en recuperación funcional. Tú 100% es aquel que consigues con esfuerzo y dedicación siguiendo un método personalizado y adaptado a tus características y circunstancias.
No todo el mundo puede correr una maratón, ni puede jugar bien al pádel, ni puede ser número 1 de tenis o tener el récord de los 100m lisos. Pero, ¿sabes qué? Que no pasa nada. Porque si mis límites me impiden correr una maratón manteniendo mi salud, puedo pensarlo, adaptar mi entrenamiento con personal cualificado y llegar a mi meta, que pueden ser 10k o 21k. Eso sí, no te equivoques. Todo esto requiere mucho esfuerzo y dedicación. Ahí no escatimamos. Pero con el cambio hemos conseguido lo más importante: disfrutar y valorar el camino. Y entonces, cuando lleguemos a nuestra verdadera meta, la satisfacción será inmensa.
Alejandra Manzano Rivera.
Fisioterapeuta En Movimiento.